Hablar de ti es hablar de mi presente, de mi futuro y porque no decirlo de también de mi pasado, porque en él está impregnada mi soledad, mi desesperación, mi deseo incansable de encontrarte, de navegar contra éste océano, contra ésta inmensidad de tanta melancolía.
Hablar de ti es fusionar mi realidad con mis sueños, desprender mi mente del mundo real y conectarme a ti. Tengo tanto que decirte, que contarte hay tanto de que hablar, y son tantos sueños en tan pocas palabras que hablar de ellos en este momento sin pensar en ti seria poco tolerable.
Prefiero esperar, prefiero hacerme a la idea que pronto vendrás, que estás buscándome como yo te busco a ti, que estás dispuesto a compartir el mundo conmigo, que estás ansioso como yo de formar el nuestro y crearlo juntos.
No te conozco aún, no sé qué pensar de ti y sin embargo intento persuadirme entre sueños pero tu imagen sin rostro permanece siempre junto a mí.
En mi cama duermes y me estremezco al tocarte. Dormir en tus brazos y despertar sin ti se me hace costumbre; sentir tus caricias y envolverme en tus pensamientos se me está haciendo un hábito y una terrible necesidad.
A veces me parece encontrarte, pues suelo confundirte entre la espesa bruma, cuando te siento cerca llega siempre el desconsuelo, como si el terrible destino quisiera burlarse, me grita que no estás, que no te tengo aquí, que aun no me encontraste y caigo una tras otra buscándote en ésta batalla sin tregua y no te logro encontrar, no llegas a mí, pareciera que nunca vendrás, que nunca me encontraras.
Me siento terriblemente sólo pero no puedo perder las esperanzas, mañana empezaré mi búsqueda de nuevo intentando no equivocar de nuevo mi camino, mi instinto me ha de llevar con certeza a ti aunque me demore una eternidad, estoy dispuesto a esperarte porque no tengo más que perder y sin embargo tanto que ganar…
martes, 12 de abril de 2011
martes, 5 de abril de 2011
A la orilla del mar
Ahora que ya te fuiste, te diré que te hecho de menos.
Ahora que no me oyes, porque debo callar.
Tú seguirás tu vida y me olvidarás primero.
Y yo aquí, recordándote, siempre a la orilla del mar.
Dicen que hay un amor tranquilo que dura hasta la muerte,
y otro amor más tempestuoso que no puede durar.
Hubo muchos días y muchas noches, nunca quise retenerte.
y ahora estoy aquí solo recordándote a la orilla del mar.
Tú, que nunca supiste lo que yo por ti sentía,
entre otros brazos estarás y nunca lo sabrás.
Tal vez mires a otro, igual que a mí aquel día.
Yo siempre seguiré aquí, recordándote, solo a la orilla del mar.
El rumor de las olas van cantando tu nombre,
y el viento de la noche en mis oídos me lo repite al pasar.
Quizás estés entre los brazos de otro hombre.
Y yo seguiré siempre aquí, recordándote, solo a la orilla del mar
lunes, 4 de abril de 2011
Un fantasma. EL AMOR
REFLEXION A UN FASTASMA, EL AMOR
Hoy escribo otra carta sin destino para que sepas que a pesar de los años te sigo buscando.
Llueve, la lluvia cae ligera, hace un poco de frío.
Mi alma esta triste, esta llorando al recordar momentos que no nunca volverán, noches pasionales cuando embriagado de amor me entregaba al sueño con esperanza de soñarte como cuando fui niño y te soñé por primera vez, desde entonces te espero, no se si un día vendrás.
Ahora estoy triste, solo, llegaste a mi en mal momento, llegaste en mis sueños, así tenia que suceder, así Dios lo quiso, así tenia que conocerte, en un sueño, así quiso Dios que conociera la fuerza del amor.
Acepto resignado que seas en mi vida mi sueño, mi amante invisible, el fantasma de mi mente, mi eterno sueño de amor secreto.
Te envío con esta reflexión que no leerás, ni los besos que nunca podré darte.
Mi alma siempre te adorará, te necesito para vivir, pero se que será imposible encontrarte, serás siempre invisible porque este sentimiento inmenso no es carnal.
Me despido aunque nunca a tus manos lleguen mis pensamientos y sueños, aun así te seguiré escribiendo porque te siento sin conocerte.
Hasta pronto mi fantasma de amor.
Un soñador…
Hoy escribo otra carta sin destino para que sepas que a pesar de los años te sigo buscando.
Llueve, la lluvia cae ligera, hace un poco de frío.
Mi alma esta triste, esta llorando al recordar momentos que no nunca volverán, noches pasionales cuando embriagado de amor me entregaba al sueño con esperanza de soñarte como cuando fui niño y te soñé por primera vez, desde entonces te espero, no se si un día vendrás.
Ahora estoy triste, solo, llegaste a mi en mal momento, llegaste en mis sueños, así tenia que suceder, así Dios lo quiso, así tenia que conocerte, en un sueño, así quiso Dios que conociera la fuerza del amor.
Acepto resignado que seas en mi vida mi sueño, mi amante invisible, el fantasma de mi mente, mi eterno sueño de amor secreto.
Te envío con esta reflexión que no leerás, ni los besos que nunca podré darte.
Mi alma siempre te adorará, te necesito para vivir, pero se que será imposible encontrarte, serás siempre invisible porque este sentimiento inmenso no es carnal.
Me despido aunque nunca a tus manos lleguen mis pensamientos y sueños, aun así te seguiré escribiendo porque te siento sin conocerte.
Hasta pronto mi fantasma de amor.
Un soñador…
sábado, 2 de abril de 2011
La esperanza y el Corazon
Una noche de mediados del mes de septiembre una esperanza nueva entró por la ventanita del ordenador. Así comienza la historia de la esperanza y el corazón
Se hicieron grandes amigos, hablaban, se reían juntos, se contaban confidencias y se llegaron a decir cosas de amor.
Cosas que a la esperanza por ser como era la llenaban de gran valor.
Su historia era, como la de dos caminos, que van paralelos, unas veces tan juntos que casi se pueden rozar, otras un poquito más separados. Pero eso daba igual, porque en esas ocasiones la esperanza sentía a su corazón y éste sentía su esperanza.
Fueron pasando los días y la esperanza se acostumbró a que el corazón la dijera cosas, la halagara, pero lo que la esperanza no sabia es que todo era una ilusión, un sueño que la esperanza no podría alcanzar nunca.
Cada día que pasaba la esperanza crecía de orgullo, sonreía más y hasta se veía más guapa e interesante.
Pero como en toda historia llega la parte triste.
Llegó el día en que aquellos dos caminos se empezaron a separar, más más y más.
Hasta que dejaron de verse, aquello a la esperanza la entristeció mucho pero sabia que tenía que ser así y que no podía hacer nada, tan sólo esperar, esperar a que su corazón volvieran pronto a buscarla.
Fueron pasando las horas y los días y su corazón no regresaba.
A veces, sólo algunas veces, le veía de muy lejos y sufría en silencio porque éste no la decía nada.
La esperanza pensaba que todo pasaría, y se acordaba de las palabras que el corazón la había dicho en algunas ocasiones.
Un día entro en escena la ilusión e intento conquistar a la esperanza, todos los días la regalaba un ramito de flores, la dejaba un mensaje pero la esperanza no quería, ella quería solo a su corazón, no quería pensar que todo lo que habían vivido se terminara así de un plumazo, no quería pensar que todo se acabaría así, deseaba que todo volviera a ser como antes.
Habló con la ilusión y le hizo ver que nada tenía que hacer, que la dejara, la ilusión enfadada la dijo que su tiempo se estaba terminando, que el corazón no regresaría nunca, la esperanza enfadada le dijo que aún la quedaba una cuerda en su violín y que seguiría esperando. Esperando el tiempo que fuera.
Y ahora la esperanza duerme, esperando y soñando que su corazón no la haya olvidado y regrese pronto a buscarla y la despierte con un suave y dulce beso. Y que de nuevo el corazón palpite con mucha fuerza y la esperanza entre de nuevo por esa ventana con mayor fuerza.
Y juntos, quien sabe puedan hacer su sueño realidad
Se hicieron grandes amigos, hablaban, se reían juntos, se contaban confidencias y se llegaron a decir cosas de amor.
Cosas que a la esperanza por ser como era la llenaban de gran valor.
Su historia era, como la de dos caminos, que van paralelos, unas veces tan juntos que casi se pueden rozar, otras un poquito más separados. Pero eso daba igual, porque en esas ocasiones la esperanza sentía a su corazón y éste sentía su esperanza.
Fueron pasando los días y la esperanza se acostumbró a que el corazón la dijera cosas, la halagara, pero lo que la esperanza no sabia es que todo era una ilusión, un sueño que la esperanza no podría alcanzar nunca.
Cada día que pasaba la esperanza crecía de orgullo, sonreía más y hasta se veía más guapa e interesante.
Pero como en toda historia llega la parte triste.
Llegó el día en que aquellos dos caminos se empezaron a separar, más más y más.
Hasta que dejaron de verse, aquello a la esperanza la entristeció mucho pero sabia que tenía que ser así y que no podía hacer nada, tan sólo esperar, esperar a que su corazón volvieran pronto a buscarla.
Fueron pasando las horas y los días y su corazón no regresaba.
A veces, sólo algunas veces, le veía de muy lejos y sufría en silencio porque éste no la decía nada.
La esperanza pensaba que todo pasaría, y se acordaba de las palabras que el corazón la había dicho en algunas ocasiones.
Un día entro en escena la ilusión e intento conquistar a la esperanza, todos los días la regalaba un ramito de flores, la dejaba un mensaje pero la esperanza no quería, ella quería solo a su corazón, no quería pensar que todo lo que habían vivido se terminara así de un plumazo, no quería pensar que todo se acabaría así, deseaba que todo volviera a ser como antes.
Habló con la ilusión y le hizo ver que nada tenía que hacer, que la dejara, la ilusión enfadada la dijo que su tiempo se estaba terminando, que el corazón no regresaría nunca, la esperanza enfadada le dijo que aún la quedaba una cuerda en su violín y que seguiría esperando. Esperando el tiempo que fuera.
Y ahora la esperanza duerme, esperando y soñando que su corazón no la haya olvidado y regrese pronto a buscarla y la despierte con un suave y dulce beso. Y que de nuevo el corazón palpite con mucha fuerza y la esperanza entre de nuevo por esa ventana con mayor fuerza.
Y juntos, quien sabe puedan hacer su sueño realidad
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